miércoles, 2 de septiembre de 2009

Capítulo 3

Cuando me desperté en la cama de John, él ya no se encontraba en esta. Me levanté medio somnolienta y me dirigí hacia el comedor de la casa. Allí estaban mis hermanos jugando a la videoconsola.
- ¿Ya estáis aquí de buena mañana? Parece mentira, con lo mayores que sois…
- Y también parece mentira que con 15 años te tengas que ir a la cama de tu hermano porque tengas miedo, ¿o eso es normal? – dijo John.
- Eso es muy normal. – dije cruzándome de brazos, aunque sabía que no lo era.

Me preparé un vaso de leche con galletas y me lo tomé en la mesa del comedor. Mi móvil estaba encima de esa misma mesa. Lo miré para ver si tenía noticias de Aaron, pero nada. No me había llamado nadie. “No te quedes esperando su llamada, porque no vas a volver a saber nada más de él” pensé. Ese pensamiento me entristeció. Aaron me había caído muy bien, y me sentía a gusto hablando con él. Era una lástima que no lo volviera a ver más.

A media mañana John y Matt cogieron el Jaguar y se fueron de nuevo al centro de la ciudad a devolver la película que el día anterior habíamos alquilado. En cambio yo decidí darme una vuelta por el barrio.
Llegué a un parque en el que había muchos niños correteando y jugando sin ninguna preocupación en su cabeza. Sentí que ellos eran felices con poco : con tan solo agua y algo de arena eran capaces de jugar a las comiditas pensando que eran magdalenas de chocolate. Me acuerdo cuando yo también jugaba a esa clase de juegos en el primer barrio donde estuve. Allí hice verdaderos amigos, pero después de tantas mudanzas perdimos el contacto, por desgracia. Me hubiera gustado volver a verlos de nuevo. Pero la vida da muchas vueltas, y hay que asimilar las cosas como vengan.
Estando sentada en el banco, noté que me vibraba el móvil en el bolsillo derecho de mi pantalón. Miré el número: no lo tenía guardado en la agenda. Enseguida pensé que el llamante podría ser Aaron, y no me equivoqué.
- Nena, que ayer no te llamé porque no salimos, nos quedamos en casa de un amigo de cháchara y eso. Espero que no estuvieras esperando mi llamada.
- No, claro que no. – mentí.
- Hemos pensado en ir esta noche de nuevo al Dancefloor, ¿os apuntáis?
- No sé, tengo que comentarlo con mis hermanos. A mí si me apetece. Si vamos ya te doy un toque y te lo digo.
- De acuerdo, Jess. Intenta ir, ¿vale? Tengo ganas de verte. – una tímida sonrisa me salió de los labios.
- Vale. Un beso Aaron.

Colgué. Aaron había dicho que tenía ganas de verme. Me había alegrado el día. Nunca pensé que un chico tan guapo como Aaron fuera a fijarse en alguien como yo. No es que fuera ni fea ni guapa, tan solo me consideraba una chica normal, del montón. En cambio Aaron era un chico alto, moreno, ojos verdes y algo musculoso.
Me quedé un rato más en ese magnifico parque que acababa de encontrar, viendo como los niños se divertían a la vez que se peleaban entre ellos.

Casi a la hora de la comida, vi conveniente volver a casa a comer con mis padres. Cuando llegué vi que el Jaguar de Matt se encontraba en la puerta, por lo que mis hermanos también estaban ya en casa.
Entré con paso decidido y en la cocina pude contemplar a toda la familia ayudando a poner la mesa. Yo hice lo mismo. Mamá me preguntó que donde había estado. Le comenté que había encontrado un parque bastante bonito y que allí me había quedado parte de la mañana. No sé que tenía ese sitio, pero hacía que me relajara.

Cuando volvimos Matt, John y yo a la casa les comenté la conversación que había tenido por teléfono con Aaron. A ellos les pareció muy buena idea lo de salir esa misma noche otra vez. Tenía ganas de conocer gente y empezar a salir con un grupo de amigos grande. Pasábamos mucho tiempo en casa encerrados, y eso para unos adolescentes no es bueno. John insistió bastante en si iba a ir Sally al pub, pero suponía que si Aaron aparecería por allí, ella no iba a faltar a la cita.

Después de cenar nos estuvimos arreglando un gran rato. John quería ponerse lo más guapo posible para ver a Sally. Matt hizo lo mismo ya que quería causarle buena impresión a Samantha, la chica que había conocido hacía dos noches y con la que había intercambiado también los teléfonos. Le había dicho que él iba a estar hoy en el Dancefloor y ella le había contestado que allí estaría, para estar con él. Yo también me arreglé bastante (más que la primera noche) porque sabía que Aaron iba a estar allí, mirándome, hablando conmigo y fijándose en todos los detalles. Además, nos iba a presentar a su grupo de amigos y quería dar buena impresión y caer bien a la gente.

Fuimos hacia el pub andando por la misma razón de hacía dos noches. Estaba un poco lejos, pero como íbamos conversando se nos pasó enseguida.
Entramos en el pub y nos sentamos en la mesa de la primera noche. Miré por toda la sala pero allí no estaba ni Aaron, ni Sally ni ninguno de sus amigos. Pensé que a lo mejor era demasiado pronto como para que hubieran llegado, pero cuando miré el reloj me dí cuenta de que eran pasadas las doce y media de la noche. Eso ya era un poco extraño.
John fue a la barra a pedirnos algo, ya que los tres nos encontrábamos un poco desilusionados. Pasados unos quince minutos entró por la puerta del pub Samantha, la chica con la que había quedado Matt. Ésta le hizo un gesto y Matt se dirigió hacia una mesa en la que estuvieron hablando largo rato.
- Jess, ¿seguro que Aaron va a venir? – preguntó John después de beberse la tercera copa.
- Claro que va a venir. Me ha llamado esta mañana y me lo ha dicho.
- Pues no sé yo, ¿eh?

John se estaba poniendo nervioso porque presentía que hoy tampoco vería a Sally. Se sacó el tabaco del bolsillo derecho del pantalón y se encendió un cigarro. Le pedí que me diera otro. No es que fumara habitualmente, pero si me gustaba fumar de vez en cuando, y mis dos hermanos lo sabían. Solía llevar un paquete en el bolso, pero ya que mi hermano se había sacado el suyo aproveché la oportunidad.
En ese momento, el móvil, que lo tenía encima de la mesa, empezó a sonar. Lo miré. Un mensaje de Aaron. Había guardado su número en la agenda esa misma mañana. En el mensaje ponía que esta noche no se iban a pasar por el pub porque les habían salido otra fiesta y les habían invitado.
Me sentí un poco gilipollas. Cuando me llamó por la mañana había pensado que era un chico legal, y que si decía que por la noche iba a ir al Dancefloor, era que iba a ir al Dancefloor. Pero hoy me había dado cuenta de que Aaron era como todos los demás.
Le comenté la mala noticia a John. A él le cambió por completo la cara. Me dio mucha pena, porque conocía a mi hermano, y sabía que Sally le gustaba mucho. Hasta me atrevería a decir que se había pillado por ella.
- Bueno, ya que ellos no van a salir, ¿vamos a aprovechar la noche no? Que no hemos venido aquí para nada. – dijo John.

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8 comentarios:

  1. wow!! facinante! mira que dejarla ahii! JUM! buenoo ojala no sea cierto que Aaron es como los demas pegarian como pareja Xd.. sube pronto okiis ;)

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  2. ay ,madrer mia y yo que pensaba que era un buen tio para ella...

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  3. simplemente GENIAL, pero ese Aaron...me da mu mala espina,se parece a Edgar

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  4. oleee ese jhonnn no hay que ponerse mal por que os dejen tirado sino ha disfrutar del momentooo

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  5. Estoy D Acuerdo Ese Aaron Se Parec A Edgar...
    Tampoco Me Trmina D Convencr....

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  6. u.u pobrecillos todos jaja Aaron esta sacando la vuelta...

    ojala se aparesca uno mejorcillo para jess

    -saludos-
    bss!

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  7. hola!!! he visto tu blog en el de leire y he pasado! ese Aaron la verdad... es k no me gusta mucho ¬¬ algo se trama...
    tu historia es genial!!^^

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  8. No merece la pena... sera por peces en el rio, encontraras alguien interesante...

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