Me pareció muy buena idea, así que nos fuimos a la barra y empezamos a beber margaritas sin parar. Quería coger una buena borrachera para olvidar que Aaron me había dejado plantada. Cuando llevaba cuatro margaritas perdí la noción del tiempo. No tenía ni idea de la hora que podía ser, pero me lo estaba pasando de miedo con John. Siempre estaba haciendo bromas, y juntos nos reíamos de la gente que estaba en la pista bailando y no tenían ni idea de mover el cuerpo. Cuando estábamos juntos los dos podíamos ser demasiados malos, pero no me importaba.
Sacó de nuevo el paquete de tabaco del bolsillo derecho del pantalón y se dio cuenta de que tan solo le quedaba un cigarro. Me dijo que iba a ir a la máquina dispensadora de tabaco que había cerca de los baños. Yo mientras me quedé en la barra mirando el margarita que me acababa de terminar de casi un trago.
Solo pasaron unos minutos, y John estaba de nuevo conmigo en la barra de aquel pub.
- Mira lo que he pillado. – me dijo enseñándome una bolsita de plástico.
- ¿Qué es eso John? - pregunté intrigada aunque ya sabía la contestación. – ¿No será…?
- Si señorita. Es chocolate. He visto a un tío vendiendo cerca de los baños y le he comprado estos veinte euros. – se guardó la bolsa en el bolsillo junto con el paquete de tabaco que acababa de comprar. - ¿Te apetece que nos vayamos fuera y nos fumemos uno?
Nunca me había fumado un porro, pero alguna vez tenía que ser la primera, y que mejor que con mi hermano. Le dijimos a Matt, que aún se encontraba en la mesa hablando con Samantha, que nos íbamos fuera a tomar un poco el aire. Él no sospechó nada.
Cuando salimos del Dancefloor nos fuimos a algún lugar algo apartado de la gente, para que no nos pudieran ver. Encontramos un parque lleno de bancos en el que no había nadie, así que nos dirigimos hacia allí sin pensárnoslo dos veces.
Nos sentamos en el primer banco que vimos y John sacó la bolsa y el paquete de tabaco. Cogió un cigarro, lo abrió y le sacó todo el tabaco, y también cogió la boquilla. Sacó papel del bolsillo, y también la bolsita que contenía el chocolate. Yo nunca había visto a nadie hacerse un porro, y por lo que podía comprobar, mi hermano tenía demasiada soltura en hacerlo, por lo que supuse que no sería la primera vez que se gobernaba uno.
En un par de minutos, John tenía el porro preparado para fumárnoslo.
- John, yo nunca he probado esto. – le dije apoyando mi cabeza en la mano, y el codo en la pierna. Pero con tan mala suerte, que el codo se resbaló y me caí al suelo. John me ayudó a levantarme. Iba muy mareada.
- No me lo puedo creer. Yo llevo fumando esto desde los 14 años.
- ¡Vaya! – dije abriendo bastante la boca.
- Eres de lo que no hay, Jess.
Encendió el porro. Le dio unas cuantas caladas bastantes largas y me lo pasó. Tenía miedo, porque no sabía cómo me podía afectar. Lo miré de más de cerca y lo olí. “No te va a comer”, me dijo John. Le pegué una calada. Sabía muy bien. De repente, noté como el humo entraba por mi garganta, y a los pocos segundos ese mismo humo se me fue hacia la cabeza y me dio un mareo. Pero un mareo bueno, no de los que notas que te vas a desmayar. Le di otra calada, esta vez algo más larga, y los efectos que tuve fueron el doble de fuertes y de duraderos que el de la primera.
- ¿Qué? ¿Te ha gustado, eh? – me dijo John.
- Me ha encantado. No sé cómo no he probado esto antes.
- Pero a Matt ni una palabra, ¿de acuerdo? Que un día me pilló un chivato de estos en mi habitación, y me echo una bronca…
- ¿Pero cuando fue eso?
- Pues cuando tenía 14 años.
- Normal. Ahora no te diría nada. Bueno, eso pienso yo.
Cuando quedaba poco para que se acabara, vimos que entraban al parque dos personas. A penas reconocimos sus caras hasta que no estuvieron enfrente de nosotros. Eran Sally y Aaron.
- ¿Qué haces tú aquí? – dije enfadada.
- Pues que hemos ido a la fiesta que nos habían invitado, y como nos aburríamos hemos venido al pub. – dijo Aaron.
- Y hemos visto a Matt y nos ha dicho que habíais salido a tomar el aire, pero ya veo que mucho aire no estáis tomando, ¿no? – dijo Sally mientras miraba el porro. Yo me di cuenta, le di las dos últimas caladas que le quedaban y lo tiré al suelo.
- Ya. – dije con tono vacilante. – Osea que somos el segundo plato, ¿no Aaron? – dije levantándome del banco y poniéndome delante de él. No sabía porque estaba actuando de esa manera. Yo no era así. Sería por la mezcla del alcohol y del porro. Me cogió del brazo y me llevo unos cuantos metros alejados de John y Sally.
- ¿Qué mierda te pasa? Te avisé de que no iba a ir al pub. – dijo Aaron mientras aún me tenía cogida del brazo.
- ¿Y te piensas que si me avisas a la una ya se va a quedar todo arreglado, no? Eso se avisa con más antelación, porque me has jodido toda la noche. – dije mientras me soltaba de un manotazo.
- Sí, claro. Ya veo como te la he jodido. Te vas con tu hermano por ahí y ya está. Te tomas unas cuantas copas de más, unos porros y contenta. Ya veo, ya.
- Pues sí, algo tenía que hacer, ¿no? No me iba a ir a mi casa porque tú no vinieras. Que tampoco eres tan importante como te crees, ¿sabes?
- Claro que no. Además chavala, no me ralles la cabeza. Que solo nos conocemos de una noche y me hablas como si nos conociéramos de toda la vida. – dijo elevando su tono de voz.
- No te queda a ti, pringado.
- Mira, Jess. Yo solo te quería hacer el favor de presentarme a mis colegas para que tuvieras nuevos amigos aquí en la ciudad, ya que sé lo que se siente al ser nuevo en algún lugar.
- No me vengas ahora con tonterías, Aaron. Que yo sé, seguramente, más cosas de estas que tú, que llevo mudándome de un sitio a otro durante toda mi vida. – le dije gritándole.
- Mira, vamos a hacer una cosa. Haremos como que esta conversación no la hemos tenido. Tú estás muy borracha, y seguramente mañana no te acordarás de esto, y yo haré como que no me acuerdo tampoco, ¿vale? Mañana ya te llamo y quedamos y hablamos más tranquilamente. – se dio media vuelta y se fue hacia el pub.
- Aaron. – le llamé pegando un grito. Él se giró. - ¿No dicen que los borrachos siempre dicen la verdad? – Me envió un beso. Yo besé mi dedo anular, se lo enseñé, me di media vuelta y me fui hacia el banco donde estaba mi hermano con Sally. – John, yo me voy a ir para el pub a bailar un rato, ¿te vienes? ¿O te quedas aquí con la hermana del traidor? – dije mirando a Sally de malas maneras.
- Preferiría que me llamaras por mi nombre, por favor.
- Lo siento, Sally. No nos han presentado. Yo soy Jess, la hermana de John. – me acerqué a darle dos besos.
- Encantada Jess. – dijo ella.
- Nosotros iremos ahora dentro de un rato, ¿vale? – dijo John.
- De acuerdo. Allí os espero.
Me fui hacia el Dancefloor. Cuando entré vi que Matt aun estaba con Sam, pero esta vez no se encontraban en la mesa en donde los había visto la última vez, sino en la pista de baile. Me uní a ellos. Matt me presentó a Sam. Era una chica bastante simpática. Estuve con ellos unos minutos bailando, pero a lo lejos pude ver la mesa en la que estaban los amigos de Aaron, pero él no estaba. Sin pensármelo dos veces me dirigí hacia allí con paso decidido.
- Hola a todos. – dije sentándome al lado de uno de ellos.
- Hola. – me contestaron casi todos con caras de desconcierto mezclado entre desagrado.
- ¿Qué pasa? ¿Es que Aaron no os ha hablado de mí o qué? – todos se miraron sin saber a lo que me estaba refiriendo y algunos de ellos negaron a la pregunta que acababa de hacer. – Pues soy Jess, su novia. – dije con maldad. Se iba a enterar Aaron de con quien estaba jugando.
- ¿Su novia? – dijo una chica rubia y bastante arreglada. – Pero si su novia soy yo. – ¡lo que me faltaba! Encima Aaron tenía novia y la estaba engañando.
- Pues que sepas que te está poniendo los cuernos conmigo. – me salieron las palabras solas de mi boca.
- ¿Qué haces aquí, Jess? – era Aaron. Acababa de hacer acto de presencia en la mesa.
- Hola cariño. – me levanté y sin pensármelo dos veces le planté un beso en la boca. Acto seguido, me fui de allí.
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La virgen.... madre de dios del amor hermoso... no me gustaria estar en la piel de jess.... a saber q puede pasar a partir de ahora...jajaj
ResponderEliminarO.o La virgen...menuda Jess,muy buena no es que sea pero... algo de decencia ...madre mia ...pobre Aaron
ResponderEliminarDIOS!! DIOS!! Santa virgen jaja! me eh quedadoo lokaa!! puess wow! ahora que le pasaraa ..pobre Jess jaja uuu u.u bueno postea pronto plis..
ResponderEliminarPD: estoy de acuerdo con No es deseo.. porque ahoraa lo que le ara Aaron jaja
no m gusta pork a fumado porros una cosa esk fume y beba y otra eso si veo k sigue asi no la vere mas pork es el principio y puede cambiar pero si sigue asi la jess esa no lere el blog aunk es bueno no digo k no solo k este capitulo no m a gustado por eso
ResponderEliminardios santo como as dejado a todo el mundooo!!
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