Era un chico que me sacaba por lo menos una cabeza y media. Era moreno y con ojos verdes, como yo. Estaba bastante musculado.
- Perdona. – me disculpé.
- No, lo siento, ha sido culpa mía. Iba muy rápido y debí darme cuenta que podía salir alguien del baño de las chicas. – dijo él cogiéndome de los hombros. - ¿Te he hecho daño?
- No, no, que va. No te preocupes. Estoy bien.
- ¿Seguro? – insistió.
- Si, si, segurísimo.
- Bueno, por lo menos déjame invitarte a algo a modo de disculpa.
- No, de verdad. – dije yo intentando librarme de él. Era muy vergonzosa y estas situaciones sacaban todo lo tímida que podía llegar a ser.
- Insisto.
- Está bien.
Nos dirigimos los dos hacia la barra del pub. Me pidió otro margarita, y nos sentamos allí mismo a conversar. Su nombre era Aaron, y frecuentaba mucho ese local. Le dije que nosotros nos acabábamos de mudar esta misma mañana. Cuando le dije cuál era nuestra casa él se quedó asombrado.
- Entonces compartes casa con tus dos hermanos.
- Sí, eso es.
- Vaya, que pasada, ¿no?
- Si, la verdad es que sí. Tenemos suerte. – sonreí.
- Por cierto, ¿dónde están tus hermanos? – empezó a mirar por todo el local en busca de dos chicos.
- Están allí, en aquella mesa. – pero cuando miré ellos no estaban. Ojeé preocupada por todo el pub y los vi en la pista bailando con otras dos chicas.
- Vaya, parece que mi hermanita ha ligado. Menudo capullo. Pronto se dará cuenta de que Sally tiene 16 años y se largará.
- ¿Y quién es tu hermana? – pregunté intrigada.
- Es aquella chica de allí de rojo. – vi que “el capullo” que estaba bailando con ella era John.
- Ese es uno de mis hermanos. El mediano. Se llama John y no creo que le importe mucho que tu hermana Sally tenga 16 años, porque él tan solo tiene uno más.
- ¿Y tú? ¿Cuántos años tienes tú? Porque no pareces mucho más mayor que Sally.
- Tan solo tengo 15. – agaché la mirada.
- Vaya. Cuando se enteren mis colegas que he estado ligando con una yogurina…
- Oye, no te pases. – dije mientras le pegaba una palmada en el brazo. El sonrió. Tenía unos dientes magníficos. - ¿Y tú? ¿Cuál es tu edad?
- Tan solo tengo 18. – dijo imitando mi voz y los gestos que momentos antes acaba de hacer. Le di otra palmada en el brazo, y él volvió a sonreír.
- Bueno, voy a ir llamando a mis hermanos que ya es algo tarde.
- ¿Algo tarde? Si tan solo son las tres de la mañana. Anda, quédate un rato más conmigo.
- No, enserio. No puedo. – dije disculpándome.
- Mira, ¿ves aquella mesa de allá? – dijo señalando una mesa que estaba al final del pub y en el que se encontraba mucha gente sentada alrededor. Aaron levantó la mano y uno de los chicos que se encontraba en la mesa, le devolvió el saludo. – Son mis colegas. Y los he dejado plantados por estar contigo hablando, así que ahora no te vayas. – sonreí.
- Si es que no puedo Aaron…
- Por favor. Te lo estoy pidiendo por favor. Solo hasta las cuatro de la mañana. Además, no creo que tus hermanos quieran irse en estos momentos.
Giré la cabeza y vi que Matt estaba tranquilamente hablando con una chica en la mesa en la que con anterioridad estábamos sentados los tres. John, por el contrario, se encontraba en el centro de la pista besándose con Sally. Miré a Aaron.
- ¿Entonces qué dices? – me dijo. - ¿Te pido otro margarita? – sonreí.
- De acuerdo.
- Un margarita para la señorita. – dijo gritando al camarero. – Y un ron con cola para el caballero. - me miró y los dos empezamos a reírnos.
Era un chico muy agradable y bastante gracioso. No paraba de decir tonterías para que me riera. Me encantaban los chicos que hacían eso.
Pasadas las cinco de la mañana, mis hermanos vinieron a llamarme, ya que querían irse ya a casa, que estaban agotados. Les presenté a Aaron.
- Menuda hermana tenéis, chavales. – les dijo Aaron a mis hermanos.
- Si, es una joyita. – Matt me dio un beso en la mejilla.
- Si, la verdad es que sí. Y parece que a John le ha gustado mi hermana, porque no paraba de comerle la boca. – nos reímos todos menos John.
- ¿Sally es tu hermana? ¿No jodas? – dijo John con cara de susto.
- Si, John sí. Pero no te preocupes cuñado, que no muerdo. – le dijo pasando un brazo por sus hombros en señal de amistad. Nos volvimos a reír. – Por cierto, mis colegas y yo solemos estar aquí por las noches. Si os apetece, podíais pasaros algún día de estos y os presento a mi grupo de amigos. ¿Os hace?
- Si, por mí bien. – dijo contenta.
- Pues si quieres Jess, dame tu número de móvil, y cuando eso te aviso y os venís. Es que solemos estar aquí, pero no siempre. A veces vamos a otro pub que también está muy bien y de vez en cuando realizan fiestas.
- De acuerdo, aquí tienes. – le apunté mi número en una servilleta y se la di.
- Muy bien. Prometo llamarte. – dijo guiñándome un ojo. Sonreí.
- Pues ya nos vemos Aaron. Ha sido un placer conocerte. – le dije.
- Hasta luego tío. Cuídate. – dijo John mientras le daba la mano. Matt hizo lo mismo.
Salimos del pub camino a nuestra casa. Casi eran las seis de la mañana. Cuando salí de casa esa misma noche pensaba que eran un par de cervezas y para casa, pero la noche dio un giro completamente. Y nuestro plan había funcionado, habíamos conocido a gente. Y parecían bastante majos, aunque yo solo había tenido el placer de hablar con Aaron.
Casi cuando estábamos llegando a casa, Matt nos contó que la chica con la que estaba hablando se llamaba Samantha, y tenía la edad de Aaron.
- Era muy simpática, pero creo que algo menos que Sally. – Matt y yo nos empezamos a reír.
- Parar ya, ¿no? – dijo John algo enfurruñado. – Pues si, Sally era muy simpática. Y me ha gustado, y me he liado con ella. No pasa nada. Además, besa de miedo. – se relamió los labios.
- Da igual John, no queremos detalles. – dije sonriendo.
Cuando llegamos a casa, nuestro padre se encontraba sacando el coche de la cochera. Le preguntamos que donde iba, y su respuesta fue que tenía que ir a la oficina que le habían llamado urgentemente. Seguramente sería una reunión de improvisto, como siempre. Él nos preguntó que si nosotros veníamos ahora a dormir. Cuando le respondimos que si, él sonrió y dijo: “Aprovechar ahora que sois jóvenes y tenéis todo lo que queréis, que luego ya será muy tarde”. Nos despedimos de él y fuimos a acostarnos.
PD: Hola. Tengo un pequeño problema, y es que mi madre ha querido prescindir de internet en mi casa, y no voy a poder subir las entradas yo. Por ello, he dejado parte de mi novela a mi amiga Leire, que todos conoceis por su novela, y será ella la que actualice esto cada día, como hace con su blog. Espero que me disculpeis. De vez en cuando me pasaré por casa de Leire para contestar a los comentarios que me escribais. Pero por favor, espero que no dejéis de seguirme, porque me entristecería mucho.
Por cierto, muchas gracias a RockStar por el botón. Me ha encantado. Gracias.
Si alguien quiere que ponga su botón en mi blog, solo tiene que decirmelo. A cambio tendrá que poner el mio en el suyo, ya que soy nueva en todo este mundo del blog, y me gustaría que la gente me fuera conociendo.
Un saludo a todos y espero que os esté gustando la novela.
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ohhhhhhhhhhh que penita que tu ya no puedas escribir y menos mal quie leire va a seguir escribiendo por ti ya que es un gran alivio
ResponderEliminarNo, si la novela la voy a seguir escribiendo yo, solo que Leire será quien la suba al blog, ya que yo, a partir de mañana, no voy a tener internet. :-(
ResponderEliminarme encanta tu istoria es una pena k no tengas internet yo ya e pasado por eso T__T pero almeenos leire subira las entradas . ^__^ lo unico k no m gusta esk el chico k alla conocido tubiera 18 me ubiera gustado mas k tubiera 15 ,16 o 17 mqas no
ResponderEliminarpero fijo k conocera mas solo acaba de llegar ^^
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